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Estas son las tres «reglas de oro» que hicieron de Mary Ellen Mark la gran fotógrafa que fue

Estas son las tres «reglas de oro» que hicieron de Mary Ellen Mark la gran fotógrafa que fue

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Estas son las tres «reglas de oro» que hicieron de Mary Ellen Mark la gran fotógrafa que fue

Nos dejó hace tan solo unas semanas, el pasado 25 de mayo. Pero su legado ha otorgado a Mary Ellen Mark esa inmortalidad que solo está al alcance de los grandes artistas. De su forma de hacer fotografía y de su obra podemos aprender mucho. De hecho, basta examinar cuidadosamente una de sus instantáneas para percibir qué era lo que la movía y cuál era su forma de plasmarlo.

Una de sus fotografías más admiradas es, sin duda, «La niña fumadora». En ella aparecen dos niñas, una de 9 años, fumando, maquillada, con uñas postizas y en una actitud claramente desafiante, y otra niña un poco más pequeña, prima de la primera, en una pose mucho más inocente. Esta fotografía es grande. Y lo es porque nos permite entrever la historia de estas dos niñas y nos invita a hacernos preguntas. Ahí reside la grandeza de Mary Ellen Mark.

Dispara solo si tienes algo que contar

Mary E. Mark destacó por el profundo humanismo de su fotografía. Por su expresividad, su emotividad. Y esto nos lleva a la que parecía ser una de sus «reglas de oro»: la elección de personas que tuviesen una historia detrás. Algo que contar. Basta conocer su obra levemente para darse cuenta de que todas sus fotografías tienen significado por sí mismas, pero forman parte de un todo con una marcada coherencia propia.

Mark

La fotografía de la niña fumadora, además, nos permite entrever con claridad la que podemos considerar su segunda máxima: es imprescindible que las fotografías nos den información, que nos cuenten una parte de la historia. Pero no deben contarlo todo. De lo contrario no nos invitarán a reflexionar. A hacernos preguntas.

Y su tercer principio tiene que ver más con las implicaciones morales de la fotografía y la posición ventajosa desde la que ejerce el fotógrafo que con el proceso de captura en sí mismo. Y es que Mark nunca dio falsas esperanzas a las personas que retrataba con el propósito de conseguir la imagen que tenía en mente. Las protagonistas de sus fotografías solían ser personas desfavorecidas, y hubiese sido relativamente fácil conseguir su colaboración haciéndoles creer que el fotógrafo que tenían delante podía ayudarles a «salvarse».

Para concluir el post me gustaría añadir una cita de Mary Ellen Mark que puede ayudarnos a conocerla un poco mejor. Se identificaba con las personas menos favorecidas: «En cierto modo yo también fui una chica con problemas. Fui emocional, salvaje y rebelde en el colegio. Me gustaban los chicos malos porque eran mucho más interesantes que los que lo tenían todo [...]». Nada que añadir.

Imagen | Mary Ellen Mark Studio and Library
Vía | La Vida Leica!
En Xataka Foto | Mary Ellen Mark y su fotografía humanista que trasladó de Nueva York al mundo

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